Recorriendo Cataluña encontrará toda la variedad de paisajes y de vegetación de Europa. ¿Le gustan los paisajes de alta montaña? Entonces haga una excursión a los valles de los Pirineos, rodeados de cumbres elevadas, con prados alpinos, bosques de abetos y lagos de aguas cristalinas. Y, si va en invierno, podrá disfrutar también de las instalaciones deportivas y turísticas de las numerosas estaciones de esquí. Son bellísimos parques de alta montaña el Parque Nacional de Aigüestortes y Sant Maurici, y el Parque Natural de Cadí-Moixeró. 

¿Sus preferencias se inclinan por los parajes de media altura? Puede visitar el Parque de la montaña de Montserrat, maravillosa formación geológica con rocas de formas caprichosas e inverosímiles, o el de la Zona Volcánica de la Garrotxa, en los alrededores de Olot, donde verá volcanes extinguidos cubiertos de vegetación y gredales multicolores. O el macizo del Montseny, que por la riqueza de su vegetación ha sido declarado reserva de la biosfera por la UNESCO, y el de los Ports de Tortosa, dominando el delta, importante reserva de cabra hispánica. 

El paisaje de las montañas más meridionales, como el caso del macizo de Garraf, es áspero, y la roca desnuda y la tierra gris y rojiza crean un ambiente sugerente. Es tierra de palmitos, la única palmera autóctona de Europa. 

En todos esos paisajes las hayas, las encinas, los robles y los pinos le saludarán y verá la variedad de cultivos en las zonas que el hombre ha explotado sin romper el quilibrio entre la riqueza natural y la riqueza agrícola. Fíjese en las masías, la casa de campo tradicional que ha constituido un pequeño mundo agrícola, y note como los payeses han sabido renovar las técnicas agrarias sin perder el sabor de la tradición. Advertirá que el paisaje humanizado es una de las características de Cataluña. 

¿Sus gustos le llevan a la orilla del mar? Cataluña le ofrece a si mismo unos paisajes marineros muy variados. Si recorre la Costa Brava, desde el cabo de Creus hasta Blanes, forzosamente le sorprenderán los roquedales batidos por las olas, las calas cerradas por rocas e islotes donde los pinos pugnan por arañar con sus raices un lugar donde crecer. Más al sur, en la Costa del Maresme y la Costa Daurada, disfrutará de playas largas y soleadas. Las casas blancas de los pescadores le darán la bienvenida a ese ambiente tan propio del Mediterráneo, de la orilla de un mar que es amable y conocido desde la antigüedad. 

Sería interesante que conociese otro tipo de paisaje: la extensa llanura de tierra y agua del delta del Ebro. Las marismas y los juncos son el ambiente idóneo para la reserva de aves migratorias, una de las más importantes de Europa. 

Más adelante le sugerimos algunos itinerarios, pero estamos seguros de que la belleza del país le incitará al descubrimiento personal de muchos otros. Y siempre podrá cambiar, en pocas horas, de paisaje y de ambiente. En la transición entre la montaña y la costa verá, tierra adentro, la abundancia de los trigales, las viñas y los olivares junto a las nuevas plantaciones de frutales o de huertas excelentes. Al acabar su estancia en Cataluña nos gustaría que hubiese podido captar todas las variedades que le ofrece su paisaje, que puede ser el primer paso para apreciar nuestra personalidad.