En Cataluña, cada pueblo y ciudad tienen cada año sus días de fiesta mayor. La alegría se desborda y todo el mundo abre sus brazos a los forasteros. Muchas localidades conservan vivas costumbres tradicionales de origen muy remoto. Así, en las comarcas de Tarragona se puede admirar la agilidad y la fuerza de los castellers, que elevan espectaculares torres humanas. Si desea correr esquivando el fuego y los petardos que escupe el dragón y encienden los "demonios", debe asistir por Corpus a la Patum de Berga. La Patum es una fiesta inolvidable en la que se mezclan raíces paganas y cristianas que se transmiten de generación en generación. De carácter netamente cristiano es la Danza de la Muerte, que recorre las calles del puebo de Veges cada Jueves Santo en recuerdo de las terribles epidemias medievales. 

La víspera de San Juan (24 de Junio) por la noche verá encender grandes hogueras en las plazas y calles de pueblos ciudades. Entre cohetes y fuegos de artificio, al ritmo de la música de la verbena los catalanes celebramos, mientras comemos coca (torta de piñones y chicharrones o de fruta confitada) y bebiendo cava, el solsticio de verano durante toda la noche. En las fiestas mayores y demás celebraciones y festividades verá desfilar y bailar a los gigantes, rodeados de satíricos cabezudos. 

Otro modo de celebrar la alegrìa y la fraternidad de la fiesta son las sardanas. Esta danza tradicional, propia de Cataluña, se baila al son de la cobla, original conjunto de instrumentos de viento y un contrabajo; los danzantes se dan las manos mientras hacen y deshacen pasos y contrapasos. Intente participar y será bien recibido. Es una experiencia que le aconsejamos. 

Desde antiguo, los mercados y las ferias han sido también motivo de encuentro y de fiesta para todo aquel que sepa combinar trabajo y ocio. En muchos pueblos todavía puede ver el mercado semanal o, incluso, diario, como las pintorescas subastas de pescado a pie de barca en los puertos de pescadores. 

En Cataluña, como en todas partes, se celebran también los Carnavales; son especialmente alegres y multicolores los de Solsona, Sitges y Vilanova y la Geltrú. 

Únase a la alegría popular de una fiesta y conocerá nuestro carácter, que puede parecer un poco reservado en apariencia, pero que en realidad es amable, alegre y acogedor, como corresponde a un pueblo mediterráneo.