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EL ARTE DE
COMER BIEN
La gastronomía catalana
parte, como tantos otros aspectos del país, de la sabiduría
y la tradición populares. El tratamiento de unos elementos simples
consigue maravillas que el paladar sabe agradecer. En este sentido hay
que probar el humilde pan con tomate bien aliñado con sal y aceite;
descubrirá que combina a la perfección con las anchoas saladas
o los muy variados embutidos del país. Pero la cocina catalana
también tiene platos inteligentemente elaborados y de gran originalidad,
dignos de las mejores mesas: pollo con langosta, lubina con flor de tomillo
y calabacines asados, perdices con uva, conejo con almendras, suquet de
pescado o fricandó. Cada comarca catalana, tanto del interior
como de la costa, tiene sus especialidades. Déjese aconsejar y
descúbralas.
Ni que decir tiene que
el complemento de un buen yantar es un buen vino. Los vinos catalanes
le ofrecen variedad y una calidad garantizada por denominaciones de origen.
Así, podrá saborear desde los vinos blancos y rosados de
paladar suave hasta los negros de graduación elevada y gusto intenso.
El vino espumoso de calidad, denominado cava, elaborado según el
método tradicional, ha adquirido carta de naturaleza en Cataluña
y, por su calidad, se cuenta entre los primeros productos de exportación
del país. Si es usted aficionado a los licores para cerrar una
buena comida, también los encontrará, y muy variados, en
muchos casos de elaboración casi artesanal.
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