La ciudad de Barcelona ha sido y es la capital de Cataluña, sin desmerecer en ningún caso la importancia histórica, económica y artística de otras ciudades del país: Lérida, Gerona, Tarragona, Vic, Manresa, Tortosa, Reus... 

Si quiere conocer los primeros tiempos de Barcino, con dos mil años de antigüedad, dé una vuelta por las excavaciones arqueológicas de la ciudad romana y admire la solución técnica que hace transcurrir el paseo bajo las calles y los monumentos medievales. 

Si se pierde por el Barri Gòtic, podrá revivir el ambiente de la Barcelona medieval, alrededor de la catedral, del Palau Reial y de los edificios que hoy todavía son sede de las instituciones de gobierno: el Ayuntamiento de Barcelona y el palacio de la Generalitat de Catalunya. Desde ahí puede acercarse al barrio de la Ribera, donde hallará el Museu Picasso y la maravillosa iglesia gótica de Santa Maria del Mar, así como el parque de la Ciutadella, con el Parlament de Catalunya, el Zoológico y varios museos. Justo al lado, a orillas del mar, se encuentra la Barceloneta, barrio marinero del siglo XVIII, con buenos restaurantes donde se pueden degustar sabrosas especialidades marineras. 

Dé un buen paseo por la Rambla, presidida por el Gran Teatre del Liceu, y admire los puestos de venta de pájaros y de flores, y los kioscos de diarios, revistas y libros. Dia y noche, la Rambla conserva un ambiente único en el mundo y, si dispone de tiempo, verá que la gente que por ella pasa cambia con el paso de las horas. Rambla abajo y en las calles laterales hay toda clase de establecimientos de restauración. 

En el siglo XIX, la ciudad vivió una etapa de crecimiento, fruto de la industrialización naciente. Los pueblos de los alrededores fueron unidos por el modélico plan urbanístico de Idelfons Cerdà conocido como el Eixample, lleno de tiendas y de galerías de arte. Vale la pena dar un paseo por el luminoso bulevard del Passeig de Gràcia, donde tendrá ocasión de admirar las casas modernistas del cruce de la calle de Aragón y la "Pedrera", casa de fachada ondulada construida por Gaudí. También en el Eixample encontrará la Sagrada Familia, grandioso e insólito templo del mismo arquitecto, y el Parc Güell, otra obra de Antoni Gaudí que no puede dejar de visitar. 

Los barrios señoriales, como el de Pedralbes, donde se alza un monasterio gótico cerrado por una pequeña muralla, ocupan el pie de la sierra de Collserola y del Tibidabo, donde hay un parque de atracciones. Se accede mediante el Tramvia Blau, reliquia del pasado y un funicular. 

En Montjuïc, la otra montaña de la ciudad, a orillas del mar, hallará entre jardines museos interesantes como la Fundació Miró y el Museu Nacional d’Art de Catalunya, las grandes instalaciones olímpicas -con el antiguo estadio y el magnífico Palau de Sant Jordi-, otro parque de atracciones y el Poble Espanyol, con la reproducción de edificios típicos de toda España. 

El viejo puerto ha sido renovado y se ha convertido en uno de los grandes espacios lúdicos ciudadanos, que continúa después de la Barceloneta con las instalaciones del nuevo puerto y villa olímpica, presididas por dos rascacielos. 

Barcelona es durante todo el año una ciudad llena de vida, con una intensa actividad cultural, comercial y deportiva: conciertos, ópera, teatro, exposiciones, buenos restaurantes, ferias internacionales, tiendas, galerías de arte. Barcelona, una de las grandes ciudades europeas, merece la visita. Cuando la conozca bien, seguro que no dejará de volver.