Queridas y queridos compatriotas:
Acabo de firmar el Decreto de convocatoria de las próximas elecciones al Parlamento de Cataluña, que tendrán lugar el domingo 27 de septiembre. Una convocatoria siguiendo el marco legal vigente, parecido a todas las que se han hecho hasta el día de hoy con respecto a la forma. Sin embargo, todos sabemos que estas elecciones serán muy diferentes con respecto al fondo.
En circunstancias normales, estas elecciones se tendrían que haber hecho a finales del próximo año. Pero Cataluña no vive en condiciones normales. Cuando una mayoría muy clara y rotunda de un país quiere ejercer su derecho a decidir, democráticamente y pacíficamente, y se le niega constantemente este derecho, impidiendo el diálogo y la negociación, y por lo tanto el acuerdo y el pacto, significa que estamos ante una situación excepcional, que requiere decisiones también excepcionales. Responder y dar salida a este anhelo democrático es lo que fundamenta y justifica esta convocatoria de elecciones anticipadas al Parlamento.
Ahora hará dos años que dejé escrito en un debate de política general que estaba dispuesto a hacer uso de la facultad legal que me corresponde de adelantar las elecciones si el Estado pretendía silenciar la voz y el voto del pueblo de Cataluña. Queríamos una consulta sobre nuestro futuro político, y la queríamos legal y acordada. La negativa total del Gobierno español incluso a hablar precipita ahora la decisión anunciada desde hace tiempo.
Como presidente de Cataluña hago un llamamiento a que responsablemente todas las fuerzas y coaliciones políticas presenten sus propuestas y sus proyectos para el futuro de este país. Todas las propuestas, mientras respeten los derechos humanos, son legítimas en democracia y son sólo los ciudadanos libres con su voto los que pueden hacerlas posibles. Mi llamamiento es a respetar, todos, lo que los ciudadanos decidan, y a asumir el compromiso de encontrar las vías políticas y legales para implementar el mandato democrático de las urnas.
En las próximas semanas el mundo nos volverá a observar. Seamos conscientes de ello y volvamos a ofrecer nuestra mejor cara. Hagamos de la legítima confrontación de propuestas un gran ejercicio de diálogo.
Somos un país plural y diverso. Somos un país con una historia milenaria, fruto del trabajo de mujeres y hombres que generación tras generación han construido Cataluña y la han amado. Somos un país hecho por personas de orígenes, hablas y creencias diferentes, que han visto en esta tierra la oportunidad de crecer, desarrollarse y dar un futuro a sus hijos y a sus nietos. Somos una nación milenaria que tiene derecho a decidir su futuro. Somos una nación de personas libres que nos hemos ganado el derecho a decidir cómo queremos ser y cómo queremos gobernarnos. Contrapongamos modelos, defendámoslos apasionadamente; hagamos del civismo y el respeto a la opinión del otro la característica de nuestra democracia; hagamos de la convivencia en la diferencia un activo; de la pluralidad y el respeto, virtud, y del derecho a soñar y hacer posible el futuro que queremos, un horizonte de esperanza para construir un país mejor. Una vida mejor para cada uno de nosotros.
Pienso, humildemente, que podemos hacer del próximo 27 de septiembre una fecha señalada en nuestra historia. La democracia es ahora la protagonista. Las urnas, los votos y la decisión libre, los instrumentos. Un futuro hecho de democracia, justicia y libertad, es el horizonte. Asumamos cada uno de nosotros la responsabilidad y el protagonismo que el momento demanda y hagámonos dignos de él.
¡Viva Cataluña!